Los patos en el belén de Navidad tienen una función meramente decorativa o de relleno, nunca primordial. Habitualmente se disponen en dos casos:
- Como habitantes de un estanque, lago o zona acuática en mitad del campo (es decir, al modo de patos silvestres).
- Como animales domésticos dentro de una granja, integrados y mezclados con otras figuras «zoológicas».
En este caso, si te decides a comprar las figuras de patos para el belén no vas a hallar distinciones entre ambos casos. El aspecto, calidad y dimensiones de los patos será el mismo, los pongas donde los pongas.
Existe un problema cada vez que queremos poner uno de estos animales pequeños en nuestro pesebre, y es que su diminuto tamaño impide en muchos casos optar por miniaturas de juguete o figuras no belenistas que en otros casos (por ejemplo las vacas, los burros o los camellos) nos harían un servicio perfecto.
¿Cómo hacer patos para el belén? ¿Merece la pena?
En el caso de los patos, si los queremos perfectamente proporcionados al tamaño del resto de figuras, no deben superar el centímetro o centímetro y medio de altura. Como es lógico, si no se trata de patos para belenes expresamente fabricados para tal fin… será complicado que los encontremos tan diminutos.
Por ello, siempre nos queda la opción de modelarlos nosotros mismos. Los patos son sencillos de hacer, sobre todo si tienes experiencia en modelar otras aves como palomas o gallinas para tu nacimiento.
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